Thursday, February 03, 2005

Una verguenza nacional...

Como buena mexicana que soy, estoy segura de que como México no hay dos. La gente, el folklor, la comida, los paisajes, el ambiente y ese calorcito tan peculiar que caracteriza a México no se encuentran en otras partes del mundo; no digo en ninguna parte del mundo, porque obviamente no he tenido la oportunidad de conocer todo el mundo, pero en las partes que conozco pues nomás no encuentras estas cosas.
Y así como una es capaz de reconocer toda la belleza, grandeza y cultura de una país lleno de diversidad, riqueza natural y legendarias costumbres; también te das cuenta de las cosas que muy a tu pesar, no son como deberían ser, reconociendo a cada momento que eres parte del mal funcionamiento social del país.
Este post va dedicado especialmente a los servicios públicos del país, y fue motivado por una no muy agradable visita al Ministerio Público de Puebla. Gracias a Dios esta visita fue para reportar el extravío de mi liecencia, que apareció casi al momento de levantar el acta ... pero como diría la tía Chonita "esa es otra historia"...
Anyway, el martes como a las 2 y media terminé de comer y no de muy buena gana me dirigí con mi señora madre al mentado Ministerio, llegamos y la simple vista del lugar es un poco deprimente, parece oficina de municipio de bajísimos recursos. A pesar de contar con una "sala de espera" bastante amplia, cosa que podría resultar agradable, sucede todo lo contrario, como la "sala de espera" está casi vacía, da una sensación de falta de recursos inmediata; y esto no se debe sólo al vacio en la sala, sino que de las tres sillas que hay dos están rotas y la banca de madera es como robada de alguna iglesia. Obviamente el sentarse no resulta una opción cuando hay más de 7 personas esperando turno y tu eres la octava, porque por muy cansado que estés ya no te tocó lugar. Pero bueno hay que reconocer por lo menos que el lugar está limpiezón ( o sea el piso no brilla ni huele a pinol o a maestro limpio, pero tampoco hay basura ni se observan cucarachas corriendo).
Ahora la infraestructura de un lugar influye pero no es lo más importante, es como la forma y a nosotros lo que nos interesa es el fondo o no??. He aquí donde, si sumamos la calidad del servicio al aspecto del lugar, el Ministerio Público de Puebla es una verguenza nacional. Se supone el Ministerio ofrece un servicio de 24 horas, y que en casos graves cada minuto cuenta. Ya me imagino la impotencia, coraje y sufrimiento de la gente que tiene que ir a reportar el robo de un niño, un secuestro o el asesinato de algún familiar, al ver que a las dos de la tarde se suspenden todas las actividades porque es la hora de la comida. Y no es que los servidores públicos no tengan derecho a comer; pero cuando tu turno acaba a las 3:00 de la tarde resulta ridículo que te tomes la hora de la comida y tengas esperando a la gente porque tu... que sales en una hora y por lo tanto la hora de la comida no se te da... estás comiendo, platicando o pintándote las uñas.
En esta hora de los sagrados alimentos nadie se digna ni siquiera a atenderte si te paras en la puerta con la intención de hacer una pregunta, sólo te ven y te ignoran, esperando que la o él del escritorio de junto te atienda... ya que pierdes la paciencia porque nadie acude a la puerta donde tu estás parada... te metes como Pedro por su casa para ver si alguien reacciona, y en lugar de preguntar que se te ofrece, se limitan a decirte que no puedes pasar... vaya servicio...
Bueno ya pasa, a final de cuentas la verdad es que si vas a levantar un acta por pérdida o robo de documentos, pues unos minutos más o menos no son de gran relevancia, pero aún así, porqué diponen de mi tiempo?? Y en los casos graves se pierden minutos valiosísimos nomás por la huevonés de los funcionarios, a los que nadie les ha dejado claro su cargo de SERVIDORES públicos. Ahora lo que más coraje me da es que la gente no sea capaz de sentir y de empatizar. Te hablan mal, te hacen esperar por tonterías y te atienden como si te estuvieran haciendo un gran favor... repito el contexto lo hace todo, en mi caso, pues nomás me molesta; pero en caso de que alguno de mis familiares estuviera perdido o secuestrado, o en caso de estar ahí para denunciar una violación, maltrato o algo por el estilo... que Dios no lo permita ni lo quiera... yo creo que me pongo a chillar, miento madres, grito y no sé que haría ante el servicio y ante la desesperación de que la "autoridad", aquellos que se supone me van a ayudar no se inmuten ante el dolor y desesperación de la gente. Que con la mano en la cintura me digan que no me pueden atender porque en UNA hora es el cambio de turno y ellos ya no quieren trabajar....
Y bueno esto es en el Ministerio y la gente a final de cuentas, ignorantes como son, pues no tiene toda la culpa. La mayor culpa, creo yo, es de la persona al frente de esta institución, de aquella que asigna los cargos, de la que se supone supervisa el buen funcionamiento de las cosas y reparte los presupuestos. Del responsable de las contrataciones a gente sin criterio, que cuenta sólo con la educación básica y de desempeño mediocre, sin visión ni ambición de crecer profesionalmente y sin vocación de servicio.
Si no hubiera tantos desvíos de fondos seguro el Ministerio Público podría contar con más sillas y todas en buen estado (para que la gente no tenga que estar esperando parada mientras los funcionarios cotorrean), los puestos se darían a las personas capaces de cubrir sus necesidades y no a las personas cercanas a mi que necesitan el puesto para cubrir SUS necesidades y el desempeño del lugar sería eficaz y eficiente.... En fin, según yo, el problema real reside en el maldito egoismo, en la falta de interés, en la falta de ética y en la falta de educación... en fin, espero no tener que volver en la vida a un Ministerio Público, porque ahora si que entiendo el dicho: Dios nos libre pasar por un Ministerio Público...
Perdón por la extensión de este post, pero me dio harto coraje mi experiencia en el M.P.



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